El pasado sábado dimos por finalizada una etapa de Rodamundos, puesto que al llegar la calor hacemos un pequeño paréntesis para volver con el otoño. Este ciclo a estado lleno de buenas rutas, paisajes maravillosos y por supuesto la empatía, las risas y el compartir una afición que nos une, el senderísmo y conocimiento de otros lugares, disfrutar de la naturaleza y en este caso también como no disfrutar de lo urbano, puesto que esta vez hemos realizado una ruta urbana en Madrid.
Como despedida o receso en nuestra actividad nos desplazamos a la Lagunas de Ruidera, seguramente el humedal más bello de la península ibérica, puesto que el Parque de las Lagunas de Ruidera constituye junto con Plividje en Croacia las mejores representaciones de lagos formados por la acumulación de carbonato cálcico (Toba). Las aguas caídas sobre el campo de Montiel se infiltra en el acuífero 24 que tiene rebosaderos naturales en esta zona, dando lugar al nacimiento del Guadiana Alto o Río Pinilla. A lo largo de miles de años de precipitaciones se han formado impresionantes barreras (presas naturales) que dan lugar a cascadas entre unas lagunas y otras.
Cuando llegamos al parque nos encontramos con un espectáculo visual en este oasis en medio del Campo de Montiel, la belleza paisajista, uno de los más bonitos de Castilla-La Mancha, nos nos deja nunca indiferentes, y en esta tarde de sábado más, donde la luz, el ambiente del atardecer y por supuesto la buena compañía hizo de este día algo sensacional, puesto que es la palabra que mejor lo describe, puesto que las sensaciones fueron produciéndose unas detrás de otras.
De las quince lagunas que compone este complejo lagunas en nuestro recorrido pudimos contemplar en primer lugar las dos más grandes de este parque, la Laguna del Rey y la Colgada, seguidamente pudimos contemplar el color y las cascadas en la Laguna La Batana, para finalizar nuestro recorrido en el Santos Morcillo.
Miguel de Cervantes quiso que las aventuras de su personaje literario más famoso y universal llegase a las Lagunas de Ruidera, creyendo que el Mago Merlyn era el artífice de tanta belleza.
Como he apuntado anteriormente nuestro recorrido fue extraordinario, todo contribuyo el paisaje, el ambiente, los colores pero por supuesto la buena compañía.
Para finalizar la tarde/noche nos fuimos a cenar a un Restaurante de las Lagunas, en este caso a "Los Álamos" donde disfrutó nuestro paladar de la cena que nos habían preparado.
Ya nos despedimos hasta el otoño.
Como siempre os paso un reportaje gráfico del paisaje y de las personas que compartimos esta aventura.
Las fotos están hechas por: Jose Simón, Belén Simón y Vicente García.
Un saludo
Jose Simón
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